Objetivo de la prohibición del alcohol en Irak: discriminar a los ezidíes y cristianos
La actual prohibición de la venta de alcohol en Irak, que comenzó en 2023 tras años de aplicación esporádica, ha llevado al cierre de numerosos clubes y locales privados, especialmente aquellos propiedad de ezidíes y cristianos iraquíes. Aunque en 2016 se aprobó una ley que prohibía el alcohol con el fin de alinearse con los valores religiosos conservadores, su aplicación ha aumentado en los últimos meses debido a la influencia de los legisladores conservadores en el parlamento.
El cierre de clubes sociales de larga data, que habían sido centros de vida comunitaria, ha afectado gravemente a los grupos minoritarios, que argumentan que la ley apunta injustamente a sus prácticas culturales. A pesar de las restricciones, el alcohol sigue siendo accesible a través de canales informales, como tiendas clandestinas y servicios de entrega, lo que ha llevado a acusaciones de hipocresía por parte del gobierno.
El gobierno justifica la represión citando presuntos vínculos entre los establecimientos que sirven alcohol y actividades delictivas, como la violencia de pandillas. Sin embargo, los críticos sostienen que la prohibición solo ha alimentado los mercados negros y aumentado la violencia, sin abordar las causas profundas del crimen.
Los intentos de impugnar la ley en los tribunales han sido infructuosos, dejando a muchas empresas afectadas con pocas opciones. Algunas están considerando mudarse o emigrar por completo. Por ahora, la subcultura del alcohol en Bagdad se encuentra atrapada en una lucha entre el creciente conservadurismo y las libertades culturales de las minorías iraquíes.